miércoles, octubre 19, 2005

El último fin de semana de mis terceros molares...

Dejen que les platiqué lo que hice
el último fin de semana con mis muelas del juicio puestas.
El viernes:
Salí con un chico bien lindo, sencillo y super sensible a tomar chela, como siempre.
Después de dar unas cuantas vueltas por la ciudad en un desquiciado viernes de quincena y con lluvia, llegamos a Coyoacán, que se ha vuelto un lugar común entre él y yo. Nos apostamos en la única mesa libre del lugar y comenzamos a pedir caguama tras caguama de Victoria, mientras las horas se comían la noche y la música (además de nuestro estado etílico) evitaba que escucharamos por completo lo que cada quien acotaba a una infinidad de temas que surgían de su boca o de mi mente.
Después de que nos dimos cuenta de que ya era tarde y de que él recordara que trabajaba en sábado, nos salimos del lugar. Me trajo a mi casa sin contratiempos, pero con mucha plática y miradas de ¿y ahora que pasará?
Me dejó en la puerta me dio un par de abrazos y unos lindos besos de despedida. Neta fue muy lindo besarlo. Tenía tantas ganas de hacerlo y tantos años de aguantarmelas.
El sábado:
Después de recibir un medio regaño de parte de mi mamá, por la llegada del día anterior (3 am en viernes) la fui a alcanzar a la casa de mis abuelitos. Comimos unos ricos tacos de cecina enchilada y me confesó que se iba a un concierto con su mejor amiga, por lo que yo estaba solitaria a partir de las 7.30 pm.
Después de despedirla, me regresé a mi casa a dizque arreglarme porque Nalla y yo ya habíamos quedado de salir. Mi hermanita (después de una larga espera) pasó por mi para llegar al Milán a despedir a mi amiguito Luis Alberto, que en estos momentos está en Montreal, Canadá. De ahí nos fuimos a alcanzar a unos amigos al Centro Cultural España, pero como ni nos dejaron entrar, nos movimos a El Jacalito, un lugarcito en la Roma donde va la banda sin mucho varo y que le gusta una que otra rola buena.
Llegué a mi casa como a las 4 am, pero me encontré a mi exnovio y me convenció para que me tomara una chela con él en el depa de arriba. Como a la hora me bajé porque me moría de sueño. Y cuando me acompañó a mi house nos dimos unos besos, ja, inimaginable antes. Ahora se me hace sencillo, sin complicaciones, claro porque ahora no me interesa. Antes hubiera sido catastrófico.
El domingo:
Fuimos a comer enchiladas con mi tía, cerramos el negocio, me dormí toooda la tarde y después de mirar el triunfo de la sub17 mi ma nos invitó un café en la Alameda de la Santa María. Me tomé un mochaccino frío.Mmmm, delicioso.
Y por último unos esquites con mayonesa.
Y pues nada, que este fue el
último fin con mis terceros molares, los cuales creo, se
diviertieron tantito. Ja

1 comentario:

Xigna dijo...

Hola!!!

Pues ojala todo haya salido bien con la extracción de tus molares...tuvieron chamba hasta el fin de sus días..jee