lunes, diciembre 19, 2005

Ahora le toca a Nallely... Cuando la conocí, fue en puesto de comida que estaba por las canchas de
basquetbol, donde mis amigos y yo nos juntábamos. En las canchas estaban
todos los puestos de comida chida que tenía el CCH (ya saben, gorditas, tortas,
quesadillas, hotdogs y hamburguesas, papas, etc). Nallely iba con Elisa (una
compañera de clase) a almorzar, se me ocurrió chulearle un collarcito que traía,
y me echó unos ojos de pistola. En ese momento decidí no volverle a dirigir la
palabra ¡Pinche vieja!
A los meses nos tocó
juntas en clase de Ciencias Políticas, cuando la vi afuera de mi salón, me dije
que ya había valido madres, pensando que todo el año nos íbamos a odiar, pero
cual, se convirtió en una de mis mejores amigas. Comenzamos porque hicimos
equipo en clase, luego me empecé a juntar en el F, luego nos platicábamos lo que
nos pasaba con nuestros respectivos chicos, comencé a ir a tocadas y fiestas con
ella, etc.
Cuando salimos del CCH,
ni nos imaginamos que habíamos pedido la misma escuela, fue hasta que nos
inscribimos que nos enteramos. Entramos a la ENEP, ahora FES, Aragón en 1998.
Las dos nos quedamos en la tarde, pero pudimos permutar el turno. Cuando salía de clases, la iba a buscar a su edificio. Generalmente las clases de mi carrera (Periodismo) terminaban a las once de la mañana, entonces me pasaba a Derecho, donde ella estaba y me despedía, o íbamos a desayunar. Cuando entré a Idiomas en
la escuela, salía a la una, entonces ya nos regresábamos juntas porque a esa hora terminaban sus clases.
Durante mucho tiempo,
sino es que todavía, nuestras vidas tuvieron un hilo conductor muy parecido. Cuando comencé a tener problemas con el novio que tenía desde el CCH, ella igual, sólo que siguió con él por el doble de tiempo que yo lo hice con el mío.
Nos tocó la Huelga de la UNAM, participamos en el movimiento pero cuando el mismo se
radicalizó, decidimos abortar la misión de ir e intentar entrar a las asambleas.
Por ese entonces dejé de ver a mi amiga Jennifer, pero Nallely y yo todos los miércoles nos íbamos al cine. Al mismo tiempo me inscribí en mi adorada escuela de foto que está en la condesa.
En Derecho casi fue una
obligación asistir a clases extramuros, así que mi amiga lo hizo, con lo que adelantó un semestre.
En mi carrera se organizaron esas dichosas clases, pero
como mi corazón seguía fiel al movimiento, no asistí.
De todos modos, el movimiento valió, y la huelga se rompió con la nefasta entrada de la PFP a
Ciudad Universitaria.
Cuando reanudamos
clases, me pasé a la tarde en mi escuela de foto y Nalla y yo comenzamos a ir a antros, ja, a emborracharnos con las barras libres. Varias veces terminamos super mal en el Bulbo de Sullivan y nos salíamos como podíamos para llegar a mi casa.
En ese año terminé con mi novio, ella volvía y regresaba con el suyo; con uno de mis amigos
de foto y ahora super amigo, José Alberto y mis demás
amigas(Jennie, Nalla, Susan, mi prima Dona, Mónica) me fui al Cervantino de
esa año. Estuvo padrísimo y la Nalla y yo tuvimos nuestra primera pelea, jeje.
Claro que nos reconciliamos en una borrachera, precisamente en Los Lobos, un barecito legendario para aquel que pise Guanajuato.
Durante tres o cuatro
años no fallamos al Cervantino, después todo cambió. Terminamos la carrera, Nalla un semestre después de que yo lo hice, fuimos a nuestras respectivas
graduaciones, comenzamos a trabajar.
Nos fuimos a la playa el año
pasado y en este verano nos fuimos juntas a Europa. Hace rato, miraba las fotos y me acordaba de esas vacaciones.
Ahora tenemos un
puesto, en un tianguis navideño, de accesorios que trajimos en
Nueva York.
Obvio que en el proyecto están la Jennie y la Susan, además del hermano de la
Nalla.
Nallely es como
mi hermana gemela, somos super parecidas y la quiero muchísimo. En realidad
estamos en la misma frecuencia y eso me hace sentir que siempre está a mi lado.
Generalmente donde va una, va la otra, y todos lo saben.

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