Ayer no pude dormir. Después de explayarme escribiendo una crónica para mi tesis, cerré los ojos y me dormí hasta las 4.30 am. Desperté soñando con una clase de sexología, toda nerviosa. Ja, y estaba tan interesante la clase. Intenté volver a dormir pero ya me fue imposible. Comencé a pensar muchas cosas y empecé a idear una bolsa con un peluche de leopardo que tengo. Como la creatividad me exhudaba por los poros, prendí la luz y comencé a dibujar. Fue bastante rato. Como a la hora, intenté de nueva cuenta dormir. Imposible. Sólo veía brillar las estrellas fluorescentes de mi techo. Ya escuchaba autos en la calle. Mucho movimiento en el edificio. Y yo, en mi camita, sin poder pegar el ojo. Me quedé pensando en Víctor. En la llamada de horas atrás. De como me siento mal por el cutis que me cargo. Por sentirme innecesaria. Comencé a divagar, hasta que me volví a quedar dormida.
Hoy, al despertar, sólo pensé en el blog. Pensé en escribir. Pensé en escuchar música. Pensé en sonreír y olvidar.
1 comentario:
Hola sabes me sentí retratado en este post, hace un tiempo escribí algo sobre mi insomnio... Lo sigo teniendo pero ya nos llevamos más chido.
Seguiré leyéndote, saludos.
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