El grito de los libres

Ayer fui al zócalo.
Después de pasar las ¡¡ballas electrónicas!! y de espetarle a la señorita que me revisó la bolsa que no traía armas para matar a Calderón, aunque quisiera, recorrimos la plancha del zócalo, que se encontraba dividida por las grúas que sostenían bocinas enormes, la división que resguardaba a Palacio Nacional, las bardas que protegían el perímetro de la Catedral Metropolitana, y los dos escenarios que montaron en la plaza. Del lado de Palacio de Gobierno del DF, estaba el que correspondía a la celebración organizada por el gobierno local. Del lado de Palacio Nacional y junto a la Catedral, se encontraba el del gobierno federal que llevó a un serie de grupos y solistas de la nómina televisa. El sonido de este último fue subiendo de intensidad con la intención de opacar el sonido del otro, pues en el escenario capitalino Jesusa Rodríguez, entre muchos otros integrantes de la Convención Nacional Democrática y del gabinete del Gobierno Legítimo pronunciaron discursos sobre la resistencia civil pacífica y contra de la farsa montada por Fecal. Quien gritó el Grito de Independencia y que es nombrado el Grito de los Libres, fue la senadora Rosario Ibarra de Piedra. Al momento del grito, el sonido del escenario espurio dejó de escucharse, así que con el único sonido imperante y con las voces de los asistentes (que en su mayoría estaban de parte de Andrés Manuel), se les hizo saber a los demás la inconformidad por legitimar un gobierno falso y fraudulento. La Plaza de la Constitución vibró con las consignas que se propagaron: ¡Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Pelele!, ¡Espurio!
Posteriormente, se cantó el Himno Nacional y, se votó por si nos debíamos quedar en la plancha o irnos en franco rechazo al grito del espurio. Votamos y se decidió irnos del zócalo, dejando al pelele con sus soldados vestidos de civiles, como se les fue ordenado. Mientras caminamos de vuelta a nuestros hogares, por las calles se escuchaban las voces de miles que repudiamos el fraude electoral y que queremos un cambio en este país. Que soñamos con un mundo al que le quepan muchos mundos.