martes, mayo 15, 2007

Oyendo a Lennon, escribiendo de rock, sin sostén y con el pelo tipo beatle. Casi un retroceso en el tiempo. Me duele horrible la espalda. Tengo que terminar el capítulo hoy, sino cuándo. Veo el reloj y el tiempo no se detiene. Mañana salgo en la tarde, así que no tengo otro día. Y aunque el tiempo siga corriendo y comiéndose las horas, mi capítulo no aumenta de cuartillas. ¿Por qué hablar del jodido rock? Y para colmo del mexicano. ¿Por qué un reportaje? Sería más fácil, me contesté muchas veces y además me gusta el rock, y el mexicano más. Pero ¿por qué me casé entonces? Me pregunto, mientras escucho a mi bulldog ladrando en la sala. Pues porque me enamoré. Y para aumentar la emotividad, en el itunes suena Lennon con Love. Ay, Víctor, porque no estás esperándome en nuestro lecho, para acurrucarme en tus brazos, y soñar toda la noche. Pues porque estás en una reunión, con quiensabequien diablos. Me duele la fuckin espalda. Mucho. Y aún no termino mi capítulo, y no tengo sueño. Demonios, ese café en el coffee station y la nicotina de esos 5 marlboro blanco hicieron lo que hace mucho no hacían, excitarme los sentidos.
Entonces, sigamos hablando de rock. De rock mexicano. Y practiquemos el sitting* al ritmo de la música de un finado beatle, que extraño aunque no lo conocí. Que murió antes de que yo naciera, pero que he escuchado desde el vientre de mi progenitora.

*investigando para mi tesis, encontré que el sitting es la práctica de mover los pies al ritmo de la música desde una silla. Esto del sitting se practicaba en los cafés cantantes de los 50 y 60 en México, porque no estaba permitido bailar el rocanrol.

2 comentarios:

AJSALA dijo...

todo bien? no se nada de ti hace dias... te mando un abrazo fuerte!

Di. dijo...

¿Cómo estás? ¿Cómo va la tesis prima? Muchos besos