viernes, abril 01, 2011

vorágine

Me encuentro en una de éstas, con remolino en la panza incluído. El sueño se disipa, dejándome enmedio de la oscuridad, el insomnio y las risas del bebé en la otra habitación. El vértigo se apodera de mi, haciéndome tan vulnerable, tan llorosa, tan impotente.
Por qué diablos no dije que no estaba de acuerdo, porque lloro sin control, sintiendo el sudor recorrer mi espalda?
La carta si, la carta. La he terminado, aunque creo que podría escribir otras diez. La carta, si, la carta.

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