jueves, mayo 19, 2005

Cuando desperté estaba totalmente embriagada. Me levanté lentamente de la cama y descubrí que aún no me quitaba los zapatos. La cabeza me daba vueltas, la boca la tenía completamente seca y los ojos me ardían al mirar la luz que se filtraba por las cortinas de mi cuarto. Me tallé los ojos con las manos, me desabroche las zapatillas y me senté al pie de la cama. Lo único que podía pensar era en la noche que habíamos pasado, besándonos sin parar, teniendo tu lengua dentro de mi boca, sintiendo tu rasposa barba sobre mi vientre, recordando tus ojos color avellana. Casi volvía a sentir tu lengua con la mía, llenas de saliva, besándome la espalda, lamiéndome el cuello y estremeciéndome cada que tu aliento colapsaba con mi piel. Por segundos olvidaba donde estábamos y sólo importaba que tú y yo estuvieramos fundiéndonos cual chocolate, deslizándonos como mantequilla al calor de nuestros cuerpos. Cuando la lucidez iluminaba mi cerebro, escuchaba "...don´t go away, my love, I want you to stay in my life..." de la voz de la Stefani, y miraba el estrobo parpadear a lo lejos. Pero un remolino de sensaciones volvía a cegarme y este orbe sólo lo habitábamos tú y yo.
Aunque ahora, a la luz del sol, nuestro planeta es la Tierra y cada quien estaba la cama, al lado de alguien que había dejado de significar lo que significaba después de conocernos de ese modo. Me levanté lánguidamente, te besé la espalda desnuda y me pusé la bata. Abrí la regadera, dejando escapar el vapor por una pequeña abertura para poder mirarte, mientras el agua recorría mi cuerpo y así saber que tú, en cualquier momento, podrás alcanzarme en la ducha para hacerme nuevamente el amor.

2 comentarios:

AJSALA dijo...

ole!

esa es la actitud... que envidia

Alberto Espejel Sánchez dijo...

óooooorale.................. qué loco..............

te recomiendo el blog de mayra luna (mayraluna.blogspot) y desde luego la página de contranálisis

hermana, te noté extraña en el último mensaje, qué ha pasado contigo? tenemos que vernos, sobre todo para darte la póliza de tu mamá, ja (y para platicar, desde luego (y para que conozcas a mi hermosa hija, sin duda))