viernes, abril 22, 2005

El miedo se disipa cada vez que te pienso
y es que cuando el pensarte daba miedo
es porque te ibas.
Ahora sé que te quedas
y con tu sonrisa y tu voz puedo soñar,
recordándote cuando cierras los ojos y tiras hacia atrás.
Veo tu cuello, tu barba, tu boca,
tus pestañas, tus cejas,
y me haces desear verte dormido
y dormir yo a tu lado, en tu regazo.

1 comentario:

Alberto Espejel Sánchez dijo...

a ver a ver a ver, cómo que no estoy de link en éste blog y sí están otros (incluyendo escritores e instituciones venerables)